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Tejo común o tejo negro, es una especie del género Taxus originaria de Europa occidental, central y meridional. Es una gimnosperma de la familia de las Taxáceas, grupo primitivo ampliamente difundido ya desde el Jurásico y del que actualmente el tejo es el único representante europeo.
Conífera de hoja persistente puede alcanzar los 20 m de altura, pero lo normal es que no sobrepase el porte de pequeño arbolito o arbusto muy ramoso. Su crecimiento es lento y con una longevidad de hasta 5.000 años.
Su copa es piramidal, muy tupida y oscura, de tal manera que proyecta una sombra muy densa bajo su dosel. El tronco suele ser grueso y corto, de color anaranjado o rosado.
Las hojas son lineares, uniformes, terminadas en punta, de 10-30 mm de largo por 1,5-3 mm de ancho, verde oscuras por el haz y verde-amarillentas por el envés. Están dispuestas en un plano en forma de peine doble sobre las ramillas, enfrentadas dos a dos.
Hay ejemplares machos que forman los conos masculinos productores de polen. Los árboles hembra producen el fruto (falso fruto), que es carnoso, pero en realidad es una semilla envuelta por una cubierta roja que la rodea parcialmente (arilo).
Toda la planta es muy venenosa, a excepción del arilo carnoso del falso fruto, que se puede comer. Es dulce y de consistencia gelatinosa, pero hay que tener cuidado de no tragarse la semilla. Su toxicidad se debe a un alcaloide llamado taxina, que es la base del taxol, usado en medicina para combatir las afecciones cardiacas y el cáncer.
Una de las causas de regresión de la especie en el medio natural ha sido la tala para el aprovechamiento de su madera. La madera de tejo es rojiza al corte y de gran calidad por su densidad y resistencia a la podredumbre, por lo que carpinteros y ebanistas la valoran mucho para tallar pequeñas piezas y mangos de herramientas. Pero sobre todo era apreciada en la Antigüedad por su dureza y flexibilidad para la confección de arcos y flechas, al punto de que los arqueros ingleses, que tenían fama de ser los mejores en su oficio, diezmaron las poblaciones de tejos en las Islas Británicas.
La deforestación también ha hecho mella en esta especie; al ocasionar cambios ambientales ha relegado la especie a aquellas zonas donde el ambiente ha permanecido húmedo. Por esta razón, en muchas partes de Europa, los tejos antiguos individuales son considerados monumentos de la naturaleza como restos de antiguos bosques y, por lo tanto, protegidos y conservados. El tejo está protegido en todo el territorio .
En Euskal Herria se relaciona el tejo con el mundo de los muertos y se considera un árbol sagrado. En el escudo de Gipuzkoa los árboles que aparecen sobre el agua son tres tejos o hagin arruntak. El nombre hagin aparece a menudo como topónimo en Euskal herria lo q nos indica que anteriormente era una especie numerosa.