Estripio (Gallego) | Escalheiro, Espinheiro (Portugés) | Plymouth pear (Inglés) | Poirier sauvage (Francés)
Se trata de un arbusto o árbol caducifolio de hasta 15 m de altura, de porte más o menos piramidal, ramillas espinosas y pelosas cuando son jóvenes, y corteza grisácea.
La lámina de las hojas mide 3-6 cm de largo por 1,5-5 cm de ancho. Son caducas, alternas (este carácter se observa mejor en la parte intermedia de las ramas, pues en los extremos aparecen muy juntas), ovaladas o redondeadas, terminadas en punta, a veces con la base acorazonada o recta, y algo serradas en su margen. Son pelosas al brotar, pero pierden el pelillo hasta quedar lampiñas en la madurez.
Las flores también nacen en grupos entre abril y junio y son blancas. El pedúnculo o rabillo del fruto es lo que lo distingue pues tiene 1-1,3 mm de ancho y es flexible. Las peras son globosas, rojas, amarillentas o pardas al madurar.
Este peral crece acompañando las orlas de bosques de abedules, hayas, robles, etc., matorrales, setos, orillas de caminos y huertos, y lugares despejados. Es indiferente al sustrato, pues soporta todo tipo de suelos, y habita desde el nivel del mar hasta los 1500 m aproximadamente.
Se distribuye por el este, centro y oeste de Europa, norte de África, Anatolia y Kurdistán. En la Península Ibérica ocupa el centro y norte de Portugal, las comunidades de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra, y las provincias más septentrionales de Castilla y León.
La madera de los perales viejos, si están sanos, es muy apreciada por torneros, ebanistas y carpinteros por ser dura, fácil de pulir y muy compacta. A veces se hacen instrumentos de dibujo y es buena como combustible y para carbón. La corteza proporciona un tinte amarillo.
Pyrus y pirus eran los nombres que le daban los romanos a los perales, derivados de una antigua lengua mediterránea o de la voz celta pir. El epíteto cordata alude a la base acorazonada de algunas de sus hojas.